martes, 16 de febrero de 2010

35.000 personas desafían a la lluvia y el frío para disfrutar del MTV Winter



Cierto es que el evento que año tras año, y ya van cuatro, organiza la cadena musical MTV en Valencia denominado MTV WINTER, llama la atención, nada más saber cual es cartel que les espera a todos aquellos que se pasen por el bello marco de La Ciudad de Las Artes y las Ciencias. Y este año no iba a ser menos, por que tener la posibilidad de disfrutar de la banda más aclamada en estos momentos en el Reino Unido y totalmente gratuito es algo a valorar muy positivamente.
Este año en el MTV WINTER hizo honor a su nombre mejor que nunca, ya que a la temperatura gélida le tuvimos que unir la fina lluvia que acompañó a los más de 30.000 asistentes durante las cuatro horas largas que duró el evento, aunque algunos ya guardaban posiciones desde primeras horas de la tarde.
La noche se presagiaba grande, llena de rock un ambiente que, a este que os escribe, sorprendió por lo bueno del mismo. Previo y durante los conciertos, presentados por Johan Wald, fueron llegando los vips para disfrutar de la noche, entre los que podemos destacar a Luis Medina, Pignoise, la presentadora Sara Carbonero o el modelo Oriol Elcacho. El ambiente era muy variado con gente de todas las edades, desde chavales de 12 años hasta no tan chavales con su más de medio siglo, y ante todo debemos destacar que la noche transcurrió sin incidentes.
Tras casi cuatro horas de espera para algunos, puntualidad extrema según lo programados a las 20h el presentador de la MTV Johann Wald saltó al escenario para presentar a los valencianos Fuzzy White Casters. Estos valencianos, rezuman aroma inglés por los cuatro costados, tanto como calidad atesoran. Los únicos locales y nacionales del cartel y en ningún momento desentonaron con los grandes nombres que les sucederían en escena. Si el año pasado la elección de Polock fue acertadísima este año, podemos decir que no lo fue menos, ya que con tan sólo 5 temas los Fuzzy White Casters consiguieron hacer saltar y bailar, que eso es lo que buscan, a los ya casi, 15000 personas que se daban cita. Máxima entrega uniendo los sonidos más rockeros a la electrónica más bailable. Igual que Polock en breve estarán discográficamente en el mercado no debemos perderle la pista a estos jovenzuelos ya que en breve, seguro que dan mucho que hablar.
La segunda banda desconocidos para muchos de los allí presentes, los Lightspeed Champion. Recuerdan en algo a los Bloc Party sobre todo por ser una banda de rock con cantante de color, mezclando gafas de pasta y gorra y camiseta deportivas cual raper. No es que enamoraran al personal, pero ante lo desconocido de sus temas para muchos, optaron por la decisión de incluir un par de versiones que hicieron saltar a los presentes destacando el It won’t be long de los Beatles y el tema de los Ramones, The KKK took my baby away.
Tras los Lightspeed Champion les llegaba el turno a los Mystery Jets, la banda de Londres que ha taloneado a los Arctic Monkeys en sus conciertos de Madrid y Barcelona demostraron sobradamente por que acompañan sus colegas británicos, ya que con un sonido brit-pop por los cuatro costados captaron la atención de los presentes que despidieron a los ingleses con sonora ovación reconociéndoles su valía y lo acertado de su elección para preparar a todos para lo que sería la explosión de ritmo y rock que serían los Arctic Monkeys.
Tras casi media hora de espera, sin presentación ninguna y con el escenario totalmente a oscuras, saltaron al escenario los de Sheffield con los acordes de Dance little liar, uno de los temas más alejados del estilo que ha caracterizado a los Arctic Monkeys. Según comenta asistentes a los conciertos de Madrid y Barcelona, el set list fue idéntico y no hubo variación alguna en Valencia, aunque el concierto fuera gratuito, y eso es de agradecer. Desde el primer momento el montaje de luz y sonido funcionaba a todo tren y las dos pantallas horizontales y las otras dos verticales nos hacían disfrutar de todos esos detalles que se nos pueden escapar en un concierto tan multitudinario. La iluminación fue excelente y esas dos pantallas verticales divididas en seis secciones que nos aportaban imágenes de 6 cámaras fijas situadas a pie de escenario, creaban una atmosfera de concierto grande.
Los de Sheffield fueron desgranando tema tras tema, algo fríos en la palabra pero calidos en las melodías y en los ritmos, de los que hablaremos algo más adelante. Me sorprendió el gran ambiente que poco a poco se fue generando entre el público y cuando llegaron los grandes hits de la banda como Brainstrome o los englobados en su primer disco como The wiew from the afternoon, I bet you look good on the dance floor o When the sun goes down hicieron la locura entre los 35.000 personas que allí se dieron cita. Y no dejo de comentar mi sorpresa por esto, ya que aunque estemos hablando de la banda número 1 en las Islas británicas, yo no imaginaba que los Arctic Monkeys tuvieran tantos seguidores y eso es motivo de alegría.
Aunque también debo decir que entre los seguidores que disfrutaban también había el que había acudido por la gratuidad del mismo, pero estos últimos también acabaron sucumbiendo a los ritmos frenéticos de los que es máximo responsable el batería Matt Helders, un batería que con la juventud que atesora. si sigue su progresión puedo decir que muy pronto estará a la altura de los mejores baterías de la historia del rock. Y es que el batería es el que marca el ritmo, es el alma del grupo, me atrevo a decir que los Arctic Monkeys no serían lo mismo sin él y es que Helders es increíble, no errar a la velocidad a la que toca y con la complejidad de ritmos que desata es algo por lo que ya vale la pena ver a estos jovenzuelos, que emplearon en sus inicios Internet de una forma soberbia y que en la actualidad son uno de los referentes en todo el mundo.
Con un par de bises y cuando ya nadie sentía el frío ni la lluvia acaba el concierto. Los bises no acabaron de provocar lo que todos buscábamos, poner el broche de oro a una gran noche. Si bien fue Matt Helders el que más volvió a destacar cuando tras el último tamborazo y con un tremendo puntapié hizo rodar la batería poniendo punto y final al paso de los Arctic Monkeys por España.
En definitiva, gran noche de rock, en un paraje increíble como es la Ciudad de las Artes y las Ciencias y con una asistencia masiva. Sólo nos queda esperar al 2011 para ver que sorpresas nos dará la MTV. Nos estamos mal acostumbrando y eso tampoco es bueno.


RAFAEL MÁRQUEZ | VALENCIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario